Gran parte de las horas diarias de un estudiante son pasadas en el instituto. A menudo no nos percatamos de toda la suciedad y desperfectos que podemos encontrar a lo largo del día y que se podrían solucionar sin mucho esfuerzo.
Como gran parte de los alumnos, voy andando al instituto. Parte de mi trayecto pasa por el descampado y a diario tenemos que pasar por una zona con gran suciedad. A la entrada del descampado se ha acumulado muchísima basura debido a las lluvias en invierno, ya que cada tormenta abría el alcantarillado. Durante este período pudimos encontrarnos papel higiénico, compresas e incluso algunas ratas muertas. Creo que todos pensamos que al finalizar estas lluvias vendrían a limpiar toda esta zona, pero por lo visto tenemos que seguir esperando.
Bueno, pues continuo con mi camino. Al llegar a clase veo, como todos los días, una persiana rota, pero lo peor de todo es que no lleva una semana ni dos semanas rota, sino que dos años. Por lo que cada vez que usamos la pizarra o traen la televisión, tenemos que colocar mochilas y libros para poder tapar la ventana porque refleja, ya que no tenemos persiana. Lo mejor de todo es que piensas que todas las clases estarán en la misma situación que la tuya, pero no, ya que la puerta de la clase de al lado estaba rota y a los dos días ya estaba arreglada. Al fin y al cabo, somos la olvidada clase del final del pasillo.
Otra “propuesta” para este instituto trata sobre los aseos de los alumnos. Muchos de nosotros pasamos por él a la hora del recreo, y bueno, creo que tenemos derecho a reclamar, por lo menos, papel higiénico en ellos, porque en los dos años que llevo en este instituto todavía no lo he visto. Además, qué menos que encender las luces del aseo aunque sea sólo en los recreos, que vamos, creo que no suponen un gasto tan enorme para el instituto.
Pues, al finalizar nuestra jornada de estudios, vuelves por donde viniste esa misma mañana, el descampado. Aquí, todos los jueves te encuentras los restos de bolsas, cajas y perchas que deja el mercado. Pienso que, ya que limpian el recinto ferial, también podrían hacerlo en el descampado, que tiene el mismo derecho, aunque pase menos gente. Pero no sólo se ensucia los jueves, no, también están estos días a final de curso, en los que algunas empresas se plantan en la puerta del instituto, dando folletos de información, que al final, todos acaban en el suelo.
Aquí dejo mi propuesta sobre limpieza y algún “arreglillo” para el instituto. Creo que no es nada imposible de realizar y que suponga mucho dinero.
Sólo son pequeños detalles, que pueden hacer nuestro día a día un poco más agradable.
Como gran parte de los alumnos, voy andando al instituto. Parte de mi trayecto pasa por el descampado y a diario tenemos que pasar por una zona con gran suciedad. A la entrada del descampado se ha acumulado muchísima basura debido a las lluvias en invierno, ya que cada tormenta abría el alcantarillado. Durante este período pudimos encontrarnos papel higiénico, compresas e incluso algunas ratas muertas. Creo que todos pensamos que al finalizar estas lluvias vendrían a limpiar toda esta zona, pero por lo visto tenemos que seguir esperando.
Bueno, pues continuo con mi camino. Al llegar a clase veo, como todos los días, una persiana rota, pero lo peor de todo es que no lleva una semana ni dos semanas rota, sino que dos años. Por lo que cada vez que usamos la pizarra o traen la televisión, tenemos que colocar mochilas y libros para poder tapar la ventana porque refleja, ya que no tenemos persiana. Lo mejor de todo es que piensas que todas las clases estarán en la misma situación que la tuya, pero no, ya que la puerta de la clase de al lado estaba rota y a los dos días ya estaba arreglada. Al fin y al cabo, somos la olvidada clase del final del pasillo.Otra “propuesta” para este instituto trata sobre los aseos de los alumnos. Muchos de nosotros pasamos por él a la hora del recreo, y bueno, creo que tenemos derecho a reclamar, por lo menos, papel higiénico en ellos, porque en los dos años que llevo en este instituto todavía no lo he visto. Además, qué menos que encender las luces del aseo aunque sea sólo en los recreos, que vamos, creo que no suponen un gasto tan enorme para el instituto.
Pues, al finalizar nuestra jornada de estudios, vuelves por donde viniste esa misma mañana, el descampado. Aquí, todos los jueves te encuentras los restos de bolsas, cajas y perchas que deja el mercado. Pienso que, ya que limpian el recinto ferial, también podrían hacerlo en el descampado, que tiene el mismo derecho, aunque pase menos gente. Pero no sólo se ensucia los jueves, no, también están estos días a final de curso, en los que algunas empresas se plantan en la puerta del instituto, dando folletos de información, que al final, todos acaban en el suelo.
Aquí dejo mi propuesta sobre limpieza y algún “arreglillo” para el instituto. Creo que no es nada imposible de realizar y que suponga mucho dinero.
Sólo son pequeños detalles, que pueden hacer nuestro día a día un poco más agradable.
Artículo de: N.S.C. 4º ESO
IES Hermanos Amorós
IES Hermanos Amorós
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