¿Por qué no se tiene en cuenta la opinión del vecindario para modificar sus “calles”? ¿A caso no son los propios vecinos los que utilizan los caminos para llegar a sus destinos? Mi experiencia me dice que no, que nadie tiene en cuenta el beneficio, o los daños que producen cuando modifican alguna situación.
Tengo un campo, detrás de la zona del “Vivero de las aguas”, el centro geriátrico y el centro integrado. Esta urbanización se comenzó hace aproximadamente 6 años.
Utilizábamos una entrada por la gasolinera de “El jardín”, pero al comenzar las obras, la deshabilitaron. Claro está, que habilitaron una entrada nueva, en la cual debías hacer un gran rodeo para llegar al campo. Aun así, podíamos entrar sin problemas. Al tiempo, seguían las construcciones y remodelaciones, y el camino fue destruido, habiendo realizado otro cerca previamente, pero distinto del primero. Llegado este punto, mis padres hablan con el ayuntamiento, este “cachondeo” no es normal, y pedimos explicaciones. La respuesta que dan es que: nunca vamos a quedarnos sin camino, pero no nos aseguran un camino duradero. A los altos cargos no les supone gran trabajo, pero a todos los campos cercanos implicados nos fastidian.
Tiempo después, nuevamente, cambian el camino, construyendo uno que apenas es localizable y que sin un guía es imposible adentrarse en estas fincas.
¿Debemos seguirles las jugadas y continuar con la cabeza agachada cambiando de camino continuamente? Pienso que no, ya que no es la actitud con la que conseguiremos nuestros propósitos. De esta manera, la comunidad de vecinos pusimos quejas, pero nada sucedió al respecto. Esta situación es deplorable, e impermisible, así pues quiero hacer cambiar dicha situación.
Tengo un campo, detrás de la zona del “Vivero de las aguas”, el centro geriátrico y el centro integrado. Esta urbanización se comenzó hace aproximadamente 6 años.
Utilizábamos una entrada por la gasolinera de “El jardín”, pero al comenzar las obras, la deshabilitaron. Claro está, que habilitaron una entrada nueva, en la cual debías hacer un gran rodeo para llegar al campo. Aun así, podíamos entrar sin problemas. Al tiempo, seguían las construcciones y remodelaciones, y el camino fue destruido, habiendo realizado otro cerca previamente, pero distinto del primero. Llegado este punto, mis padres hablan con el ayuntamiento, este “cachondeo” no es normal, y pedimos explicaciones. La respuesta que dan es que: nunca vamos a quedarnos sin camino, pero no nos aseguran un camino duradero. A los altos cargos no les supone gran trabajo, pero a todos los campos cercanos implicados nos fastidian.
Tiempo después, nuevamente, cambian el camino, construyendo uno que apenas es localizable y que sin un guía es imposible adentrarse en estas fincas.
¿Debemos seguirles las jugadas y continuar con la cabeza agachada cambiando de camino continuamente? Pienso que no, ya que no es la actitud con la que conseguiremos nuestros propósitos. De esta manera, la comunidad de vecinos pusimos quejas, pero nada sucedió al respecto. Esta situación es deplorable, e impermisible, así pues quiero hacer cambiar dicha situación.
*(Pincha en las imágenes para agrandarlas).
Artículo de: Raquel Hernández López 1º BACH
IES Hermanos Amorós
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